[:es]La humanización de la asistencia sanitaria es uno de los retos a los que se enfrenta el actual sistema de salud. Un aspecto que no sólo concierne al trato que ofrecen los profesionales sanitarios al paciente sino que también gana importancia durante el propio proceso de diseño y arquitectura que se realiza en los hospitales.
La decoración de los diferentes entornos del centro sanitario es fundamental para que los pacientes afronten los tratamientos con mejor ánimo. Un hecho que es aún más importante cuando nos referimos a los más pequeños.
Así, para hacer más llevadera su estancia en el hospital y que estos pacientes se sientan como niños de verdad, instituciones como, por ejemplo, la Fundación Juegaterapia ha promovido el ‘Jardín de mi Hospi’.
Esta iniciativa, que consiste en transformar las azoteas en desuso de los hospitales en jardines, ya está implantada en el Hospital Universitario y el Politécnico La Fe, ambos ubicados en Valencia, y en el Hospital La Paz y el 12 de Octubre, los dos situados en Madrid. De esta manera, todos los niños ingresados pueden salir a jugar al aire libre y despejarse como cualquier otro pequeño más aunque estén recibiendo quimioterapia.
Pero en Noruega aún van más allá y ya aprovechan las cualidades terapéuticas de la naturaleza para humanizar sus tratamientos. Así, el estudio de arquitectura Snøhetta ha diseñado dos curiosos “hospitales verdes” para la Fundación Friluftssykehuset.
Ambos retiros, situados en una zona de bosque y arroyos en Sognsvann y en Kristiansand, tienen como objetivo ofrecer a los pacientes y a sus familiares un respiro físico y psicológico reduciendo así al aislamiento que suele implicar la hospitalización a largo plazo.
Para la psicóloga Maren Østvold Lindheim, colaboradora en el proyecto, la ubicación aislada y el entorno natural conlleva que los pacientes perciban estos centros como un lugar distinto y silencioso que les ayuda a relajarse ante situaciones traumáticas.[:]