[:es]El proceso de creación de un nuevo medicamento es largo. Desde el descubrimiento del principio activo hasta que el fármaco llega al mercado puede transcurrir una media de entre diez y quince años. Un tiempo de investigación y desarrollo que además puede suponer una inversión total de 2.500 millones de euros.
Más aún si tenemos en cuenta que, tal y como determina Farmaindustria, sólo tres de cada diez medicamentos comercializados logran generar retornos económicos suficientes en todo el mundo como para compensar la inversión en I+D realizada para su puesta en marcha.
En este sentido, los expertos del sector destacan que la implantación de técnicas de Inteligencia Artificial puede reducir los tiempos de producción de nuevos medicamentos hasta la mitad y, por lo tanto, generar un ahorro de costes de hasta un 25%.
Asimismo, la aplicación de esta innovación podría ayudar a desarrollar medicamentos más eficaces y precisos gracias en gran medida al uso del aprendizaje automático que posibilita que los profesionales puedan identificar los problemas antes de que surjan y prever un posible fracaso del fármaco. A esto se une las posibilidades que tiene la IA en el avance de la telemedicina que da lugar a fármacos más personalizados y adaptados a las necesidades de cada persona.
Una de las compañías pioneras en incorporar este tipo de tecnología es Novartis que ha establecido un acuerdo estratégico con Microsoft para crear el laboratorio de innovación Novartis AI con el objetivo de mejorar los procesos de innovación y desarrollo de medicamentos para pacientes de todo el mundo.
Esta mejora en el desarrollo de nuevos medicamentos no solo supone un abaratamiento en la generación de estos nuevos productos sino que su mayor precisión y eficiencia final en los pacientes también conlleva una rebaja del gasto sanitario para la industria sanitaria a nivel global.[:]